jueves, 5 de abril de 2012

Capítulo 2

Al día siguiente me levanté temprano, me duché y desayuné. Luego me lavé los dientes y me peiné. Recogí las últimas cosas de mi habitación y las guardé en mi mochila. Eché un último vistazo a mi habitación. Daba mucha pena, así, vacía. A las 10:00 cogimos un taxi para ir al aeropuerto. Allí estaban Cris y su madre, esperando. Dejé mis maletas en el carro que había cogido mi padre y corrí hacia ellas. Le di un abrazo a Cris. Luego a su madre. Lloré. Y mucho. Volví a abrazar a Cris y le dije:
-Te echaré muchísimo de menos.
-Yo más. No sabes cuanto.
Las dos empezamos a llorar y nos abrazamos. No quería irme nunca de ahí, pero no había más remedio. Entonces sonó por megafonía que los viajeros del vuelo que nos correspondía se fueran a embarcar. 
-Te llamaré-le dije a Cris.
-No te olvides.
-¡Adiós Cris!
-¡Adiós Sofía!
Cogí mis maletas y me dirigí al avión. Antes de subir, eché un último vistazo a mi ciudad y embarqué. El viaje se hizo largo. Yo tenía lágrimas en los ojos. Miraba por la ventanilla mientras mi hermano jugaba a mi lado con un videojuego. Por fin llegamos a Londres. Cogimos nuestras maletas y llamamos a un taxi. Nos llevaron hasta nuestra nueva casa. Mi padre pagó y abrió la puerta de la casa. Entramos e hicimos el reparto de habitaciones. Yo cogí una con vistas a la calle. Empecé a vaciar mis cosas y a colocar mis posters por la pared. Llené el armario con mi ropa y coloqué mis libros en las estanterías. Llamé a Cris. Le conté que ya me había instalado y ya había colocado todo. Estuvimos así hablando una hora, hasta que tuvimos que colgar. Cogí mi portátil y me puse a ver vídeos en YouTube, de One Direction. Entonces llamaron al timbre. Bajé para ver quién era. Mi madre me dijo desde su habitación que abriera yo. Fui hasta la puerta y abrí. Allí estaban un matrimonio con sus dos hijos, un chico y una chica.
-Hola, ¿están tus padres?-me saludó el hombre.
-Sí-respondí.
-No te preocupes, somos los vecinos, venimos a daros la bienvenida-me dijo la mujer.
-Pues esperen aquí un momento, voy a llamarlos-dije con una sonrisa.
Fui a buscar a mi madre y bajaron mi padre y ella. Mis padres les invitaron a entrar. Yo hablé un poco con su hija. Se llamaba María, y tenía la misma edad que yo. Me ofreció enseñarme la ciudad y hablar un poco. Mi madre me dio permiso y las dos salimos a dar una vuelta por el barrio.
-Mañana te enseñaré la ciudad. Hoy es un poco tarde. Y el lunes podemos ir de compras todo el día-me ofreció María.
-¿Pero no tenéis clase?-me extrañé.
-No, estamos de vacaciones-me explicó.
Así estuvimos toda la tarde. Hablamos de muchas cosas. Incluso de One Direction. Ella me comentó que le encantan, y que vivían en Londres. Y que su preferido era Zayn. Yo le conté que me encantaban y que mi preferido era Harry. También no reímos un rato. Al volver a casa, encontré una gata blanca, preciosa, delante de mi casa. Estaba encima de una maceta, tumbada. La gata me miró. La gata vino hacia mí y se acurrucó en mis piernas. Me gustó muchísimo. La cogí en el colo y la llevé dentro sin que mi madre se diera cuenta. La puse encima de mi cama y la miré. Tenía unos ojos azules preciosos y su pelo era blanco como la nieve. Me encantaba.
Lo que no sabía era que esa gata había cambiado mi vida totalmente.

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